Thursday, June 29, 2006

MARIO QUISPE TORRES

Víctor Hugo Alvitez Moncada / “Pisadiablo”

MARIO QUISPE TORRES

Sembrador de palabras con manos de minero

Chimbote, ciudad – puerto cosmopolita identificado con el desarrollo industrial y pesquero, acoge en su seno multitudes de todos los confines de la patria y el extranjero, atraídos y dispuestas a afrontar con su inteligencia y tesón un enorme desafío. En los crisoles del mar, los sueños y esperanzas han de fundirse el amor e identificación por esta noble tierra que desde entonces ha de ser también de cada uno de nosotros. Hoy, es un pueblo importante estratégicamente ubicado, dispuesto a continuar fortaleciendo su adelanto y progreso.

Antes de finalizar la década de los ’60 estuvo por estos dorados arenales José María Arguedas, natural de Andahuaylas (1911-1969) y uno de los más grandes antropólogos y estudiosos de nuestro país, atraído precisamente por esas inquietudes de investigación sobre movimientos migratorios en el Perú, aquella ciudad que había crecido de la noche a la mañana, estudio antropológico inicial que devendría en la novela frustrada e inconclusa Los zorros de arriba y los zorros de abajo, publicada póstumamente. Muchos hombres, mucha gente, muchos músculos e inteligencia dieron el rostro caracterizado de una ciudad de “todas las sangres” afincados definitivamente y sembrando semillas pródigas.

En el transcurrir del tiempo fueron reapareciendo con propia luz, importantes personajes destacando en todos los campos del conocimiento humano y todas las manifestaciones del arte. Solamente y como ejemplo mencionaré a don Rogelio Peralta Vásquez (Parinacochas-Ayacucho, 1915 – 1999) químico farmacéutico de profesión y escritor de afición y quien sirvió y vivió en nuestro puerto más de cuatro décadas de su existencia y obsequiara a las letras porteñas dos interesantes libros de cuentos titulados Huerequeque y Anchoveta de oro, donde aparecen diferentes escenarios que la vida y experiencia del hombre e inundados de misterio y nostalgia los lleva a las letras de molde, haciéndonos conocer realidades del norte, centro o sur del país y la infaltable presencia del ande y poblador peruano.

Desde Lima, sacando la cara por Tayacaja su paisano Carlos Zúñiga Segura de reconocimiento nacional, alienta el panorama literario a través de antologías y varios libros de poesía de su autoría. El prestigioso novelista Zein Zorrilla, autor de: Camino al purgatorio Solamente como ejemplo de la gente que sin fronteras alimenta el arte y la cultura peruana.

Aquí viene esta importante relación y contribución. Don Mario Quispe Torres (1922) autor que nos convoca, nació en Paucarbambilla, hoy llamado El Carmen, provincia de Tayacaja, departamento de Huancavelica; hijo de padres naturales del lugar. Él, desde la infancia ha de sentir en lo más profundo del alma la belleza natural y riqueza de su lar, fortuna que lo acompañará en todo el transcurrir de su existencia y que algún momento habría que darle un tiempo para contarlo a las nuevas generaciones su viva experiencia y emoción, tan abiertamente como sus manos generosas de minero y límpido corazón cual cielo azul de nuestro ande bendito y sagrado.

Don Mario, conocedor también del idioma nativo, se inició en las minas de Castrovirreyna por la década del ’40, luego en la mina “La Florida” de la familia Arriaga en Huamachuco, La Libertad. Luego, pasó a laborar en la Negociación Azucarera Nepeña S.A. entre 1958 y 1983, desempeñando varios servicios: almacenero general, kardista, en libro de importaciones, insumos, piezad de maquinaria, entre otros, Vivió allí en San Jacinto, distrito de Nepeña, provincia Del Santa, departamento de Ancash, apenas media hora de Chimbote, para luego pasar ser vecino de nuestro Puerto desde el año 2000 como residente y amigo en Nuevo Chimbote.

La tranquilidad de su hogar, el tiempo transcurrido en el trabajo, jubilado, inició a escribir lleno de emoción, con lugares y parajes que él los lleva prestos en la retina de sus ojos; tradiciones, costumbres y personajes especialmente de su lugar de origen que nos lo ofrece con el ánimo de trasladarnos a otro tiempo –su tiempo- y que solamente quedarán guardados en las páginas de sus obras cuando sean éditas como Mamaignacia, Taripacuy (ambas con pretensiones de novelas), un breve historial del sindicato de empleados de la azucarera San Jacinto y hasta una autobiografía, dan cuenta de parte de sus obras inéditas que merecen y claman todo nuestro apoyo para ver la luz de sus sueños y quienes vengan después conozcan y se reconozcan en su pasado histórico sin deformaciones antojadizas que perturban la verdadera identidad cultural:

Aquí desfilan entretenidos historias de un pueblo que engrandece su espíritu en el alma y sentimiento de sus hijos, don Mario Quispe Torres, un hombre de trabajo, honesto, padre de cinco hijos, sembrador de un lenguaje sencillo con manos de minero, ameno y entretenido desde los calcinados arenales del sur chimbotano alimenta el espíritu andino con su sangre transparente a borbotones desde las vertientes del Mantaro hasta el mar impetuoso de espera y sosiego.

¡ Paucarbambilla tiene la palabra y el honor !

Chimbote - “Puerto de Oro”, Junio 2004

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