Tuesday, November 12, 2013

ILLAPA. Revista cultural por Llapa y para Llapa. Edición N°. 4 / Víctor Hugo Alvítez Moncada



Crónicas de Pis@diablo



ILLAPA. Revista cultural por Llapa y para Llapa

“Del ayer al hoy hay mucho por recuperar”.

Edición N°. 4



Víctor Hugo Alvítez Moncada



Hace poco tiempo inspirado en ILLAPA –agraciada y única revista cultural de la provincia de San Miguel (Cajamarca)- perteneciente al noble distrito Llapa, difundí en medios virtuales un comentario a ediciones anteriores: 1, 2 y 3  titulado: ‘Llapa presencia cultural sostenida’ en mérito a que religiosamente, gratuita y anualmente aparece esta elegante publicación por milagro del ‘Cautivito’ o Señor Nazareno Cautivo, patrón tutelar del pueblo y generosa contribución de fieles devotos, ilustres y pensantes hijos llapinos afincados en diferentes lugares del país, motivados por dos grandes gestores culturales y dignos herederos de innegable raza Illapa: Socorro Barrantes Zurita y Guillermo Bazán Becerra, radicados en Cajamarca y a quienes el destino señaló no nacer en dicho suelo, encargando a sus torrentes rubicundos e inteligencias realizar tan loable tarea de impartir cultura a mentes siempre lúcidas y fértiles; entonces, llenos de valor y empecinados retornaron al lar de sus ancestros y querencias sin importar siquiera que algún humilde cuyero pueda albergarlos sirviéndoles de recinto u hospedaje a quienes llegarían a indagar el pasado, presente, futuro; bienestar, progreso y religiosidad de un pueblo cargado de sentimientos y esperanzas.



Un año después ratifico lo dicho sobre Illapas, aquella oportunidad: “Hermosa, pulcra y sostenida publicación cultural durante los tres últimos años, bajo la dirección voluntaria de la escritora: Socorro Barrantes Zurita, quien pese a no haber nacido en aquilatado suelo llapino, por sus venas corren torrentes caudalosos de esta noble sangre –semejando al Condac- por ancestro familiar y amor por la belleza y límpida naturaleza, encanto de su gente y legado de sus antecesores que vislumbraron un pueblo grande para ser admirado no solamente por sus hijos, sino por el mundo entero”



ILLAPA: “Del ayer al hoy hay mucho por recuperar”. Revista cultural por Llapa y para Llapa; edición N°. 4, agosto 2013, 28 páginas de fino papel couché a color, emprende la misma ruta de las precedentes, es decir rescatando su larga tradición, identidad, espiritualidad y fe de pueblo pujante, hijos creyentes y emprendedores por doquier. Su contenido es muy rico, iniciando con sincero e íntimo editorial envuelto de telúrico lenguaje y amor de Socorro Barrantes, de quien y su propio decir transcribimos íntegramente para conocimiento y admiración de su alma pura a nuestros internautas lectores, esta vez volando por todos los confines del amado distrito:



            “ILLAPA llega a paso lento, de nuevo, caminando de cuesta 365 días, recogiendo el andar de las madres tranquilas, hilando la vida de a dos hebras para que el tejido sea fuerte, rotundo, capaz de morder el destino en la dura corteza de sus contradicciones cotidianas.

            Entra fresca por Mutuy, besando los traviesos ojitos de los niños, papitas coloradas sus caritas, rueda una lagrima traviesa en la hondonada de Uchuquinua, lejana temperatura de la civilización. Los niños se bañan en el rio dejando flotar los barquitos de papel de sus ilusiones que vuelan, mariposa anaranjada… ILLAPA N° 4 es cometa revoloteando los caminos, los espíritus chocarreros de sus gentes.

            Guerrero, la comunidad de Guerrero, vigilante, expande su espada entre los eucaliptos que aprietan la tierra hasta no más. Los eucaliptos, los sauces y los alisos conversan a la entrada de las parcelas, subiendo en los oquedales, discerniendo la salud del sol y de la tierra. Sombrean a las pastoras como a las hojas de la revista ILLAPA, pretendiendo caminar entre las vertientes, alegrando el cuartito vacío de libros, abecedarios, recetas que da la modernidad.

            ILLAPAS N° 4 pretende llegar también a Pampacuyoc, ojalá que para el próximo año recojamos saberes de estos lugares y compartirlos en mate caliente lleno de mote pilpa, abriéndose de par en par. Trepar la escalera del tiempo, vislumbrando un futuro promisor para los nietos, robando la esperanza del Arcángel San Miguel.

            Rodeopampa, desempolva las páginas de ILLAPA N° 3: la recibió en la misa de fiesta y compara el mes de agosto pasado con el presente. Se echa a reír con las pinturas de Jhonny, cerrando los ojos para abrir las nuevas páginas con historietas de la cuatro.

            Alégrase Sabaná, guiñando a San Antonio de Ojos. Ya llega, le dice, nuestra revista que nos entretiene todo el año. La comemos de a trocitos, poco a poco, y después de leerla toditito, si no hay con que prender la candela, dás arrancan una hojita y arde bonito, de colores…

            El Pabellón Chico, el Grande, Ventanillas, sacan la cabeza, por entre la alfalfa. Ya llega le dice la una a los Pabellones. Contentos se ponen abriendo página a página su Revista ILLAPA, que les regalara el Padre Francisco Leen, mientras en el tiesto revientan las letras entre la cancha y casi sienten como si cada uno fuera poeta o escritor…

            A lo lejos Playa El Tambo y La Calzada arreando vienen al burro. Dejarán la carga e’leñita bien apretadita junto con las alforjas, mientras su Revista ILLAPA, recibida como yapa especial sin comprar nada, les cuenta cosas pasadas y nuevas. Jué, como si de sus páginas saliera uno de sus mayores pa’ renovarles cariño, pasteando su imaginación hacia el futuro creativo, esforzado y reidor.

            Ojalá nomá, piensan o comentan, cada uno de nosotros sepa dar una ayudadita a quienes hacemos esta Revista por Llapa y para Llapa”.



            Definitivamente para quienes no conocen el enorme esfuerzo que significa hacer una revista como ésta, queda respaldar, apoyar decididamente, impulsar su continuidad, aportar económicamente y sentirse hondamente satisfecho de contar con un medio escrito de integración cultural y fraternal que hará grande a los pueblos, fortalecerá su identidad perdurando en sus páginas la vida e historia de un pueblo y gente gratificado como Llapa, gracias al tesón de sus ‘creadores y editores voluntarios’ citados, queda el compromiso ayudarlos, en especial los hijos de aquel pueblo llapino, sentado en follaje pedestal de expectación y estribaciones andinas sanmiguelinas, cajamarquinas.



            Sus entretenidas, bien diseñadas e ilustradas páginas al viento invitan al deleite y placer de lectura de un solo tirón; así: Víctor Barrantes Becerra, en ‘Tradiciones mágicas de mi pueblo’ apertura: “…Para cualquier niño, joven, adulto o anciano que vive en este distrito es muy común hablar o interesarse por temas relacionados a ‘apariciones’, que toman formas de almas, de duendes o de algún animal; inclusive de personas conocidas que aún viven o ya son difuntos; imágenes éstas que surgen inexplicablemente de la nada y luego desaparecen… Otras expresiones de esa cultura mágica, son las creencias de que los cerros, las lagunas, los ríos o los acantilados tienen influencia sobre la vida de las personas, los animales y las plantas. Se habla por ejemplo sobre cerros encantados que se ‘apoderan’ del ánimo o la ánima de los humanos, ocasionándoles dolores de cabeza, hemorragias, pérdida del apetito, insomnio, en fin, serias alteraciones en su sistema nervioso que puede llegar a causar la muerte de la víctima…”



            En ‘La fiesta patronal’ del reconocido sacerdote y novelista Miguel Garnett Johnson (Londres, 1935) afincado en Cajamarca, autor de conocidos libros de relatos y novelas: Rondo, Don Jasho, Catequil y otros, apunta: “Probablemente una de las celebraciones anuales que más y mejor expresa el sentimiento de identificación con la tierra es la Fiesta Patronal… creo que la Fiesta Patronal puede ofrecernos un contexto para una reflexión. Algo de lo antiguo todavía está muy presente en nuestra manera de celebrar –no se ha echado por la borda las costumbres y el folclor, como si no tuvieran ningún valor; y el reto es descubrir cuál es su verdadero valor y reconocer que no todo lo antiguo fue bueno… No es ser sabio rechazar todo lo antiguo, o como se dice en mi tierra: ‘echar al bebé con el agua’. Pero, lamentablemente, hay mucha gente que lo hace, como ahora vemos en los pueblos andinos donde se levantan edificios de concreto y lunas polarizadas que chocan violentamente con el estilo tradicional y contaminan visualmente el ambiente. Pueden estar muy bien en una ciudad de la costa, pero en la sierra son chocantes – ‘chimbotizan en Ande’… De hecho, si se trata de una construcción, es perfectamente factible combinar armoniosamente lo antiguo y lo nuevo: y si se puede hacer en una construcción, también se puede hacerlo en la vida de cada uno de nosotros…”



            Importante lección que los sanmiguelinos en general debemos tener muy en cuenta, por cuanto nuestra ciudad fue declarado hace más de 25 años  “AMBIENTE URBANO MONUMENTAL” que a la actualidad es letra muerta y desconocida tal denominación hasta por propias autoridades. Se hace necesario y recomienda conservar nuestro patrimonio arquitectónico, armoniosamente con la naturaleza y delimitar la ciudad con la finalidad de preservar su belleza, promover el turismo del cual somos potencial recurso. Si los nuevos edificios ‘modernos’ o de ‘material noble’ dizque, siguen irrumpiendo diariamente la ciudad, dentro de 10 años máximo no tendremos o no reconoceremos al pueblo que nos vio nacer y solamente quedará cantar el hermoso huainito: Adiós San Miguel querido / con tu cerquito de penca / ya se va tu aborrecido / enamorador de las chinas / conquistador de las cholas / Ay si sí; ay no, no” … Adiós “Puerta del Cielo” y “Tierra de Pisadiablos”; otros, ajenos, desconocidos, migrantes, interesados, habrán logrado su cometido al matar su belleza impar convirtiéndolo en cualquier barriada de fierros fríos y ladrillos huecos a la prístina ciudad que heredamos de nuestros antepasados que incólume y admirada debimos trasladar a nuevas generaciones de verdaderos amantes del terruño; están aceleradamente hurtando y arruinando la nobleza de nuestras edificaciones y parte del espíritu sanmiguelino: nuestra piedra, nuestro adobe y nuestra teja; nuestra cultura echada por los suelos, a montones, día a día; no están respetando el típico diseño andino,  Señora Ministra de Cultura. Instamos siempre a autoridades convocar a vuestro ministerio con sede regional en Cajamarca para hacer conocer, respetar, poner orden y cumplir las declaratorias, normar y leyes vigentes; declaratoria otorgada a pedido de un gran hijo visionario y político sanmiguelino conocido y admirado muldialmente: Alfonso Barrantes Lingán.



            Gabriel Tejada Salazar, revalora la vida y obra de su padre, un pintor autodidacta cajamarquino hijo de llapinos, en: ‘JORGE TEJADA CIEZA, color y melancolía en sus pinceles’: “El color de sus pinturas es una característica que define su estilo, teniendo marcada predilección por los tonos marrones. Otra de las características que definen su obra es el profundo criterio que tiene sobre la luz, la cual utiliza para asentar sensaciones relacionadas con la soledad y la reflexión en sus obras…”. El breve artículo está ilustrado por dos bellos cuadros urbanos donde la luz y ocres impactan la sensibilidad humana plenos de sombras, tejados, paredes rectas, balcones abalaustrados, puertas, postigos, portones y nostalgia al puro etilo cajamarquino.



            En ‘La responsabilidad social de mis paisanos’ con razón, Javier Díaz Barrantes, escribe: “Llapa tiene hijos de todas las layas, muchos de ellos, son emprendedores, empresarios de éxito que han logrado muchas de las metas ansiadas al dejar su tierra. La labor de promover el desarrollo puede ser asumida por estas personas en conjunto con autoridades, representantes de organizaciones sociales, iglesias y población en general… En países en vías en desarrollo, como el nuestro, la relación entre empresa y sociedad promueva que la empresa asuma el rol de apoyo a la gestión estatal en la superación de algunos problemas o la satisfacción de algunas necesidades de la población, pero la empresa nunca deberá asumir el rol del Estado como responsable del desarrollo económico y social. Llapa necesita de este compromiso de las empresas, el apoyo en el desarrollo de nuestra tierra está en manos de todos pero toca a los emprendedores llapinos liderar la gestión del desarrollo y no con actos de pura filantropía sino con acciones de responsabilidad social y la promoción de los negocios inclusivos”.



            “LLAPA: cuando la ciudad emerge de la propia tierra” Mario Tejada Cieza,  enfatiza: “La tierra, que es el material fundamental del cual están construidas las viviendas de Llapa ha otorgado a este asentamiento una plasticidad y espíritu que no lo tiene ni el concreto ni el acero. La tierra que se extrae de la propia tierra, y donde están sepultados nuestros antepasados, amasada por manos encallecidas, otorga a la arquitectura una plástica inconfundible como si del mismo suelo brotara la ciudad, que no puede rivalizar ni con el cielo ni con el paisaje natural tan cercano, solo puede ser derrotada por la ignorancia de creer que el ladrillo o el cemento son materiales ‘nobles’ sin pensar que la nobleza radica en la misma tierra, abonada por los restos materiales y el espíritu de aquellos que nos precedieron y que de ser bien mantenida puede durar cientos de años, como recuerdo encerrado en aquellas casas con gruesas paredes de adobe donde nacieron, crecieron, vivieron y soñaron nuestros padres y abuelos”, coincidimos plenamente con estos conceptos y lo diremos siempre señores autoridades: mayor respeto, consideración y conservación de lo nuestro, allí radica su verdadero valor.



            Socorro Barrantes Zurita, con nostálgico corazón eternamente empeñado vuelve a recitarle a su idílica “LLAPA”: “Extiende su paisaje en la hondura del olvido / el rumor del lanche a la deriva / acaba de morir el instante / la hortensia azul / deambula, vaga, se desprende / el ichu de su piel / se ahoga en el peso del ladrillo / y la argamasa”…



            EL PARQUE CULTURAL DE CAJAMARCA, uno de los más importantes proyectos del Norte o tal vez a nivel nacional a cargo de la joven Arquitecta Karem Urteaga Chávarri, despierta toda nuestra admiración por su envergadura y proyección. Todo un ejemplo a seguir cuando se trata de mirar la cultura desde una perspectiva de futuro: “…El proyecto consta sólo de edificios, en una de cuyas alas tiene hasta cinco pisos, con una sección semienterrada que conecta sus usos por suaves rampas, lo que proporciona una mejor accesibilidad física y continuidad de espacios y usos. La biblioteca tiene un programa multifuncional para satisfacer la demanda cultural de la ciudad. En el exterior se ha creado un gran espacio público con diferentes usos recreativos. Según el proyecto, dispone de sala nocturna, sala infantil, aulas, servicios, sala de exposición, sala de proyecciones, zona para ensayos de danza, camerinos, depósito, patio de lectura, biblioteca (sala de cómputo de internet, ludoteca, sala de lectura, área para trabajos en grupo). auditorio, área administrativa, área comercial (para venta de todos los productos u obras que se elaboren allí), aulas, talleres de capacitación (textilería, tejido de cintura a callua, tallados, repujados, cerámica, pintura, danza y teatro), pistas deportivas, recreación activa (zona de unshas, anfiteatro o salón de usos múltiples para proyección de películas o videos culturales, parque infantil, mirador,  plazas), área de gastronomía (con restaurantes y similares), recreación pasiva (zonas de descanso, zonas de paseo, graderías ornamentales), área para conciertos, área de exposiciones (permanentes o temporales, no sólo de autores o artistas cajamarquinos sino visitantes de los que puede aprenderse mucho en ese intercambio), jardines, invernadero, juegos, pista de patinaje, áreas vrdes y bosques (se utilizarán las especies nativas cajamarquinas, sobre todo las que están en peligro de extinción), áreas libres con miradores especiales para los visitantes locales o turistas que deseen un lugar privilegiado para tomar fotografías, dibujar o pintar y playas subterráneas de estacionamiento…).



            Mi maestro y dilecto amigo Jorge Aliaga Terrones del cincuentenario ex  Colegio Nacional “San Miguel”:, el mismo que nos incorporó al mundo de la lectura y creatividad literaria para siempre al hacernos leer en Primer Año de media la obra completa del Ingenioso hidalgo don Quijote de la Mancha de Miguel de Cervantes Saavedra, y rendir exámenes de cinco capítulos todos los lunes, él retorna a los recuerdos para soltar su suave y fina pluma en “Remembranzas de la querida 79” o Escuela Pre Vocacional de Varones N° 79, fundada en 1906, donde estudió  entre 1951 y 1956. Destaca la construcción de la escuela, la forma como estudiaron en tableros de madera y grupos de ocho alumnos niños –no habían carpetas; evoca el ‘refectorio escolar’ o reconfortante desayuno y panes recién horneados; los juegos infantiles: los trompos, bolitas o choloques, rayuelo, zur zur (o rum rum), la changa, cometas, cordel de los cocos, corridas de toros entre otros; dejando constancia de gratitud y profundo homenaje a destacados maestros que pasaron por ella.



            “Genaro Becerra Cieza, una vida positiva” y ejemplar diremos trata sobre dicho prestigioso empresario natural de la “república” de Llapa, comerciante e inversionista hotelera fortalece el progreso y turismo de Cajamarca donde está afincado, sin menoscabar su amor al terruño y fe al Señor Nazareno Cautivo.



            Manuel Becerra Vilchez, en “Recuerdos de Llapa” refiere: “Estoy convencido que la vida refleja en las personas no sólo las vivencias y el entorno, sino que definitivamente refleja también las vivencias y querencias de nuestros padres…” echando recuerdos a lo vivido y compartido en lar de su infancia, con honda satisfacción y nostalgia.



            Los acostumbrados y muy bien logrados comics de los hermanos James Becerra (guión) y Jhonny Becerra (dibujo) con “Hanan Coya” nos devuelven ilusiones de volar y reflexionar sobre la conservación de nuestra raza.



            Finalmente sueña Socorro Barrantes en la generosidad de los hijos llapinos bregando a brazo partido porque Llapa tenga una revista donde revalore su historia y cultura; sueña que Llapa sea solidaria, bella, promotora del turismo por sus ingentes recursos y los llapinos empresarios miren el desarrollo a través de la responsabilidad social. Sueña con más escuelas, colegios agropecuarios y técnicos, productivos. Sueña no falten auspicios para la niña de sus ojos: la Revista ILLAPAS: “…puede ser el hito para promover esfuerzos, reuniones y elaborar Planes de Desarrollo estratégico y sostenido, haciendo posible el desarrollo”.



            No le falta razón, Maestra. Nos queda seguir deseando los mejores éxitos, ILLAPAS continúa tan vigente cual viento ululante haciendo correr las nubes para que el sol y la luz siempre se impongan. ¡Debemos seguir su ejemplo!



Octubre, 2013

pisadiablo100@hotamail.com


Friday, October 25, 2013

LOS BUÑUELOS DE DOÑA EVA / Víctor Hugo Alvítez Moncada



Crónicas de Pis@diablo

LOS BUÑUELOS DE DOÑA EVA

Víctor Hugo Alvítez Moncada

El recuerdo latente de nuestra tierra trae a la memoria el aroma de deliciosos buñuelos preparados por la señora EVA, a un costado de la plaza de armas de San Miguel, frente al atrio de iglesia matriz y/o digamos en dirección a tienda del señor Alberto Quiroz –en una grada que separa la vereda y la pista.

A partir de las seis de la tarde llegaba a instalarse en el lugar, acompañada de alguno de sus menores hijos trayendo consigo materiales y demás accesorios necesarios para iniciar su negocio: un recipiente de masa hinchada cubierta de mantel blanco, un primus a kerosene o cocina pequeña de una hornilla, sartén, platos de fierro enlosado, lamparín, botella de aceite Capri, mesita y una tetera llena de fraganciosa miel de chancaca y hojas de higo.

Doña Eva o Evita como la conocíamos y llamábamos sus ocasionales clientes del delicioso dulce a tan noble, emprendedora y digna mujer, es imposible olvidar su imagen, generosidad, amistad y delicada atención brindada al acercarnos a consumir las delicias convertidas en esponjosos buñuelos que uno a uno iban saliendo del sartén a la par volteándolos y friéndolos en bastante aceite valiéndose de cuchara larga de palo, esmerado cuidado y amor.

Por las décadas ’70 y ’80, cuando la luz pública palidecía bajo el poncho de la noche, no faltaba doña Evita, inconfundible, cariñosa y trabajadora; a la luz de su humilde candil o lamparín -confeccionado por el tío Ananías Huerta, cual faro resplandeciente y señal de niñez y juventud en especial- iluminando su rostro humano, su alegría y esperanzas junto a mesita y apetitosos buñuelos que iban acumulándose en una fuente cubierta de mantelito blanco,  ofreciendo el entonces común y delicioso manjar de todos nosotros, exquisitez que progresivamente fue ahuyentándose de mesas sanmiguelinas y luego para siempre con la desaparición física hacia la eternidad de doña Evita una de sus principales promotora. Igual sucedería con la espumante y fraganciosa caspiruleta de leche fresca hirviendo a ollas llenas trascendiendo a clavo de olor y canela, finamente movida a través de giros en palmas de las manos por batidor de madera cuyo extremo remataban unas tablitas formando el borde de un cuadrado, aparato traído por comerciantes cajamarquinas en fiesta de Virgen del Arco, utensilio que servía también para mover el chocolate shilico o de Celendín; endulzando ambos potajes las tardes de largas reuniones y conversaciones familiares al calor de nuestros fogones luminosos de leña sequita; así fueron igualmente desapareciendo ‘alfañiques’ y ‘chupetes de chancaca’ aquellos de forma puntiaguda envueltos en papel cometa, sujetos a un palito de linaza acompañado de uan madura berenjena para allí introducirlo una y otra vez hasta desaparecer su exquisita savia. Cómo anular de la memoria y corazones incomparables golosinas.

Los buñuelos veíamos preparar a madres y abuelas en nuestras casas, mezclando harina de trigo, huevos, levadura, agua tibia y una pizca de sal; freírlos en aceite caliente, luego servirlos rociados de exquisita miel de chancaca, hojas de higo, canela y clavo de olor; repitiéndonos cuantas veces era necesario y hasta empalagar el alma y quedar chupándonos los dedos eternamente.

El precio de cada platillo de buñuelos ofrecidos por doña Evita era de una ‘peseta’ o veinte centavos de sol, conteniendo tres apetitosas unidades más su miel esparcida sobre ellos a través del pico de la tetera, más dentro del plato; delicia que había que comer con la mano, aplastándolos y  haciéndolos chupar el dulce del depósito y si era posible arremangándose mangas de la camisa para evitar ensuciar al chorrear el almíbar; si escaseaba dicha moneda, no importaba, se pedía o rogaba venda una porción de ‘real’ o diez centavos con uno o dos buñuelitos, la digna señora aceptaba con mucha contemplación; en otros casos a algunos clientes fijos hasta les fiaba, con tal no se queden con las ganas; igual que el ‘Cholo calaverudo’ de su hijo –como le decía- a pesar de servirle su buen plato de buñuelos, éste seguía reclamando.

Doña EUFEMIA SAMÁN LINGÁN o simplemente Eva, había nacido en Chepén, niña llegó a nuestro pueblo para servirlo e inmortalizarse con empeño y dignidad. Esposa de don Antonio Vera Cuñe, natural de Sunudén, de ocupación carpintero, tuvieron catorce hijos, sobreviviendo: Margarita, Israel(+), Edilbrando, Miguel Antonio, Rosa, Ángela y Ramiro. Don Antonio ‘Chancaca o Chancona’ curiosa y afectuosamente apodado al puro estilo sanmiguelino, fue orgulloso licenciado del Ejército Peruano, ‘combatiente de la Guerra del 41’, como varios paisanos, defendiendo a la Patria con valentía contra el vecino país del norte, todo un ‘héroe’ incluso percibían una pensión del Estado; así eran reconocidos aquellos hombres que desfilaban marcialmente en diferentes actos cívicos, después ser acobardado y llevado por el vicio y licor como muchas personas al fin de sus días, dejando el camino regado de sufrimientos, remembranzas y mil expectativas.

La casa que albergó a esta familia sanmiguelina, entonces quedaba un tanto alejada y hasta solitaria, ubicada al final de la calle José Gálvez camino a la Curva del Moro, frente a ella existía una barda de adobes cubierta de tejas, más una tranca al centro que cercaba los linderos de ‘La Quinta’, pared que poco a poco fue cayendo dejando al descubierto aquella inverna verde; en la actualidad ya está totalmente urbanizada- antes de llegar a casa de dicha familia había algunas chacras o solares y en plena esquina una antigua y enorme planta de lúcuma donde íbamos con esperanza de encontrar algunas, hallando debajo de sus frondosas ramas solamente pepas del apreciado fruto con las que nos conformábamos y divertíamos jugando a ‘los gallos’. Por ello, la amistad de don Antonio con sus vecinos Francisco o Pancho Henández e hijo Emilio, Eladio Mendoza de ‘La Colina’, entre otros, viéndoles siempre juntos y en ciertas ocasiones libando sus tragos.

Así de buena y bondadosa era doña EVITA: sencilla, amable, atenta; en gratitud rogamos al Hacedor lo proteja y tenga a su diestra y lugar preferente e  imperecedero donde moran. Madre ejemplar como muchas de nuestras paisanas sanmigueilnas a quienes rendimos homenaje y reverencia; ellas con gran convencimiento, sudor y esfuerzo de su trabajo y espíritu profundo fueron capaces de sacar adelante a sus familias, apoyando siempre y decididamente la manutención y educación de sus hijos y hogar.

San Miguel seguirá recordándola y nombrándola como doña EVITA. Ante su descanso eterno, reciba nuestra oración y ramos de hortensias frescas y desde el paraíso celestial continúe endulzando la vida de quienes seguirán admirándola, respetándola, extrañándola y agradeciéndola; ratificando ante Ud. y nobleza de sus sentimientos, nuestra fraternal convivencia, feliz armonía y grata amistad heredada de ustedes, los mayores, con todos sus hijos nuestros queridos amigos y descendencia.

Solamente doña EVITA le pedimos no deje nunca convidar un buñuelito a Dios y a sus buenas amistades que le rodean. Desde aquí gratificaremos su dulce sueño…

Octubre, 2013
pisadiablo100@hotmail.com