Wednesday, February 11, 2015

“¡SI SAN MIGUEL ES PROVINCIA…, LLAPA SERÁ REPÚBLICA!” / Víctor Hugo Alvítez Moncada


Víctor Hugo Alvítez Moncada / "Pisadiablo"


“¡SI SAN MIGUEL ES PROVINCIA…,

LLAPA SERÁ REPÚBLICA!”




II Encuentro de Escritores y Artistas Sanmiguelinos

“MIGUEL NICOLÁS SARABIA QUIROZ – JOSE SANTOS MALCA RAMÍREZ, en las BODAS DE ORO de San Miguel”

San Miguel, 21, 22 y 23 de Nov. 2014




Colección: SAN MIGUEL “BODAS DE ORO”. 1964 - 2004

Primera edición: Setiembre 2 014

1000 Ejemplares


N° 2        “¡Si San Miguel es Provincia…, Llapa será República!”

 Víctor Hugo Alvitez Moncada


©            Víctor Hugo Alvítez Moncada


©            Pis@diablo Ediciones               
               Jr. Miguel Grau N° 489. San Miguel – Cajamarca

pisadiablo100@hotmail.com


                Jr. Constitución N° 101 – El Progreso. Chimbote – Áncash.

                Cel: 943 076316     #943 076316


Fotos: Ingreso triunfal de Fernando Belaúnde Terry a San Miguel. Archivo: Armando Cubas Montenegro. 
Hecho en Perú / Printed in Perú


“¡SI SAN MIGUEL ES PROVINCIA…,

LLAPA SERÁ REPÚBLICA!”


A SAN MIGUEL,

 suelo donde hemos nacido, con amor y gratitud.

A los gestores de nuestra Provincia

en sus Bodas de Oro


I


-         Oe indioChimbalcao’, el maestro Sarabia poray anda diciendo que San Miguel vacir provincia dizqué das das, mañana mesmo. No estará en su sano juicio, buena gentasa es, yo pue lo conozco, loquito enamorao sianda tras mi paisana llapina, lindasa china catay, siasta lia compuestu el “Jarro verde”, esa canción quiandas vos tocándolo por todo lau; mejor le dijeras te enseñara bien a tantear el adefesio de tu violín y se deje de hablar cojudeces y engatusar a la gente, carajo. No olvides indio, esta noche nos han inquietao dar serenatas esos cholos palanganas recién llegaos de la Lima, así que anda alistando el pororoco; ojalá pongan dos buenas buchas de aguardiente cruceño, ese que solamente nosotros sabemos tomar.


“Que triste y penoso

se ha vuelto mi existir,

que siglos de amargura

solo pensando en ti…”


-         Terco haisdieser ‘Colarao’ Fidencio, llapino de miércoles carajo –replicó encolerecido Chimbalcao. Todo el mundo sabe que San Miguel hace rato debió ser provincia, cuanto nos han hablao nuestros mayores que el viejo Ciro Novoa siandaba diarriba pabajo gestionando el ascenso provincial,  sino que esos cerrinos y comechaos hacendaus dueños del país que siacen llamar senadores y diputaos no les ha dao su reverenda gana y nuan querio firmar la ley; indios inútiles carajo, igualitos a vos; vinieran por esta mi tierra para darles su buena penqueada en su culo pelao y así aprendan quiénes somos los pisadiablos. Esos llegan en avionetas dizque a ver sus haciendas y puacá ni se asoman, panzones de dos por real.


-         Entón escúchame bien Chimbalcao: “¡Si San Miguel es provincia…, Llapa será república, carajo!” ¡Cholos zonzos, andan dejándose cojudiar de la giente! “¡Quién pues luande escuchar taytito!” Acacaosss… cholitos.


            Don Fidencio alegó enérgicamente y todo cachaciento soltó estruendosa  carcajada, y con ademanes en manos, mueca en labios, enrojecido de furia, abandonó la conversación en cantina donde temprano estimulaban apetito los amigos un día de sol primaveral el ex gendarme Fidencio Moncada expulsado por borracho, hocicón y pendenciero de filas castrenses a las que perteneció, dirigiéndose casi marchando de rabia al refugio de su familia e intentar almorzar sereno, cavilando:


-         “¡Si San Miguel es provincia…, Llapa será república!”, carajo.


Chimbalcao, conociéndose lo quema sangre que era, alcanzó a increparle burlonamente:


-         Anda nomás Colorao Fidencio antes que te haga sudar y no jodas, crees porque en tu tierra fuman esos cigarros chuscos nacionales “La República” ya se creen “republicanos”, ni siquiera conocen y menos han probao  cigarrillos finos importaos como nosotros, crees nomás que por eso les da derecho a hacerse llamar “republicanos” o pertenecer a la “República de Llapa”, pedazo de zonzo. ¡Ay carajo, solamente cólera sabes darme so burro, puacá ni vuelvas, no te quiero ver ni pintao en mi delante como duende calato. Mejor me voy también, mi Rosita me estará esperando con mi buen caldo verde.

 Arq°. Fernando Belaúnde Terry, Presidente Constitucional de la República del Perú, en su ingreso triunfal a San Miguel, a su diestra Dr. Armando Cubas Montenegro, sanmiguelino gestor de su presencia y Prefecto de Cajamarca, acompañados de comitiva oficial. 1964

***


-         ¿Qué pue te pasa Fidencio?, llegas igualito a pescuezo de gallo carioco después de pelear con las gallinas.


-         Nues pa´menos, Sarita, catay una coleraza miandao estos cholos tercos que casi mian matao como a tordo rabioso, shucaque dijuro miandao, reviéntalo das...  Aquí todos tus paisanos andan con la cantaleta que este pueblito dizqué provincia quiere ser. ¡Imagínate, carajo, que tal atrevimiento, habiendo otros mejores! Si no tienen nada quiacer vayan a sacudir sus pellejos pulgosos o vengan de mis operarios aunque seya pa´ soplar la plancha han de servir, ociosos del diablo o pa’ enseñarles encandelillar pantalones que poray están amontonaos!


            Doña Sara Barrantes, conociéndolo, muy contemplativa escuchaba justificada molestia de su querido esposo, entre tanto le servía un buen mate de chochoca con caracshus reventaos que tanto a él gustaba; en la mesa puso otro mate de arracachas moradas, mote pelao, rocoto moliu al batán, más un cántaro de chicha madura preparada por su hermana Encarnita. El hoy prestigioso sastre especializado en prendas militares comió desesperado, parecía varios días no hubiese probado bocado alguno, de rato en rato levantaba el cántaro de chicha y servía sendos vasos del espumante néctar de los Incas, diciéndose ¡salud, Fidencio!  El ceño tenía totalmente fruncido, viniendo a todo instante a su memoria aquella entusiasta frase que a él lo sulfuraba; respondiendo furioso:


“¡Si San Miguel es provincia…, Llapa será república!


-         ¿Quie dices tú, Sarita?, ¡respóndeme por favor!...


-         Ay Fidencio, Fidencio, malgeniao, cuándo cambiarás de carácter, cuántas veces tian apresao por majadero, no puescuchas decir siempre a nuestro  compadre Benjamín Bravo: “Genio y figura, hasta la sepultura”. Ojalá San Miguel sea provincia y así mejore nuestra tierra, heide vender  dijuro más pancito, más chichita.  Desde que tengo uso de razón mi tayta Maño hablaba de esta nueva provincia, de adelantos, progreso; siandaba metiu ayudando esas comitivas dizqué del alcalde Ciro Novoa. Acá, a la casa, llegaba nuestro parientito Alfonso Barrantes Castañeda, ño Arístides Ortega y otros señores. De vez en cuando llegaba mi tayta mareao, igualito a vos pero sin pelear con nadie; disimulao se echaba en su tarima paque mi mama Manuelita piense que está durmiendo y no le caiga su merecida ‘zarandeada’.


***


-         “¡Qué nueva provincia, ni adelantos, ni comitivas,  ni ocho cuartos, carajo!”


-         “¡Si San Miguel es provincia…, Llapa será república!” ¡He dicho y he terminado!...


            Medio sonámbulo don Fidencio, salió de casa muy enojado rumbo a su sastrería encontrando en el camino amigos y viejos clientes, invitándolo a doña Dominguita  Castro echarle unas cuantas chichas para asentar el almuerzo, hecho que aceptó sin reproche. Allí estaba Napoleón Becerra acompañado de los músicos sanmiguelinos: Joselito Malca, Adriano Cayatopa, Juan Chicle y otros hombres del pueblo. Don Trejo Alipio, Gato Esteban, Augusto Malca y Naranjo, tomaban en otra mesa, todos comentando favorablemente la elevación a provincia; hecho que disgustó al Colorao Fidencio pareciéndole ardiente ofensa, no soportando y emulando enérgica voz de antaño, ordenó:


-         “¡Vamos arriba, al Chorro, a la chichería de ña Julia Torres, aquí tampoco  se puede tomar tranquilo, carajo!” Aludiendo su trillado dicho haciéndose el platudo, y con cierta prosa encaminó sus pasos sin detenimiento alguno, vociferando:


-         “¡Qué cuarenta debo, cuando con cincuenta pago!”…


-         ¡Patrona Julia, sírvame un par de cántaros de chicha para calmar la ira… digo la sed! ¡Sírvame por favor de esa que solamente usted sabe preparar en este pueblo destos cholos desfundillaos quiandan diciendo dizqué que San Miguel vacir provincia! Ja, jaa, jaaa, jaaaay…


            Los cántaros iban y venían, de mano en mano; sus amigos bien sabían seguirle la corriente al gastadoraso, simulando también oponerse a la pretensión provincial, tan igual a él y entre burlas le ofrecían:


-         ¡Salud don Fidencio!... ¡Salud señor Moncadita!...


-         ¡Salud cholitos!... ¡Salud, salud, hermanos!... Sírvanse con confianza, bien saben ustedes: “¡Qué cuarenta debo, cuando con cincuenta pago!”


            Aquel día bebieron muchos cántaros de la espumante bebida a tal punto de vaciar las payancas, decidiendo retirarse bien mareados al anochecer abrazados en parejas. Don Fidencio acompañado de otro paisano entonando el melancólico yaraví: “Hasta cuando viviré/ como la piedra rodando/ si me quitan lo que es mío/ me arrancan el corazón”…, parándose en cada esquina del trayecto soportado por su ocasional amigo de tragos, volviendo a protestar:


-         “¡Si San Miguel es provincia…, Llapa será república!”, carajo.


            Desde arriba la luna guiaba el destino de los beodos, custodiándolos hasta advertir tranquen bien sus puertas y acuesten a descansar sus molidos cuerpos olvidando penurias sobre sus camastros, pellejos y pullos pulgosos –como don Fidencio llamaba-, alucinados por resentimientos políticos y efectos de la jora fermentada; aturdiendo conciencias y sueños de insensibles coterráneos, pareciendo escucharse a la distancia el eco de la sin razón:


-         Doña Julia: “¡Si San Miguel es provincia…, Llapa será república!”, carajo. ¡Qué dice usted patronita!... “¡Qué cuarenta debo, cuando con cincuenta pago!”




II

 Acompañado de jinetes y júbilo del pueblo sanmiguelino, aparece el Presidente Fernando Belaúnde, por la Curva del Moro 

Gestiones y entusiasmo a favor de creación de flamante provincia continuaban sin parar, comisiones de personas notables iban y venían de la capital llevando papeles, planos, recomendaciones; buenos quesos y botellas de aguardiente de regalo. Hasta que un buen día toda la gente vibró de emoción al saber que verdaderamente la Ley de creación de nuestra provincia San Miguel se había aprobado por unanimidad en el Congreso de la República.


-         ¡Viva la Provincia de San Miguel!

-         ¡Viva el Senador Puga Estrada!

-         ¡Vivan los comités por gestión!...


            La multitud llegada de nuestros flamantes distritos, caseríos y estancias;  reunidos en plaza principal coreaban emocionados fuertes vivas lanzando finos sombreros de palma al aire, los cachimbos de la banda se desgañitaban entre el gentío. Don Arístides, don Lucho, don Telmo y otros señores mandaron reventar docenas de cohetes.


            De Lima, el presidente del comité sanmiguelino doctor Víctor Vera Cubas, enviaba comunicaciones por telégrafo convocando a paisanada en pleno estar presentes en Salón Dorado de Palacio de Gobierno el 29 de setiembre a las tres de la tarde,  el Presidente Constitucional Fernando Belaúnde estampará su firma en la autógrafa 15152, creando nuestra provincia San Miguel, ante grandioso júbilo de Pisadiablos.


            Dos meses después, una muchedumbre se congregó en la Curva de Moro al encuentro de comitiva que sorpresivamente traía al Presidente de la República desde Cajamarca. Allí apareció don Fernando Belaúnde, joven, espigado, de pie sobre plataforma de una camioneta; primera vez un mandatario nos visitaba, miraba a todos y mano levantada saludaba sonriente. Decía que su amigo  Prefecto doctor Armando Cubas Montenegro, le había dicho que San Miguel quedaba ‘aquishito’; por eso llegaba venciendo jalca, cuestas, bajadas y curvas interminables. En todo pueblo era bien recibido; en Llapa ingresó por arcos de flores deteniéndose a conversar con la gente, escuchándose la estentórea voz de  don Aurelio Cerdán: “¡Viva la república de Llapa!”; despidiéndose optimista el gobernante.


Dos enjaezados corceles de paso y jinetes luciendo finos pochos blancos con listas rojas, tejidos por sabias manos sanmiguelinas y sombreros de palma, conducían entusiasta delegación rodeando vehículo presidencial. Ese día, grandes y chicos daban la bienvenida al ilustre mandatario, con brazos abiertos y corazones latentes vivando desde esquinas, puertas y balcones de sus casas: “¡Viva la Provincia de San Miguel!”. Las calles lucían banderines y cadenetas de papel cometa rojo y blanco, de balcón a balcón desde donde llovían pétalos de flores,  hurras, aplausos y besos volados. Gente entusiasmada del pueblo y del campo, con ponchos y sombreros nuevos llenaron la plaza de armas en un santiamén para agradecer al mandatario, presenciar y celebrar en su elocuente discurso el grandioso acontecimiento de elevación provincial. No era para menos tanto júbilo, por uno y otro lado no cesaba golpe de bombardas:


-         ¡Viva la Provincia de San Miguel!

-         ¡Viva el Presidente Belaúnde!
 

 Presidente Fernando Belaúnde dirigiendo su elocuente palabra desde balcones de antiguo local de Municipalidad de San Miguel, donde actualmente funciona la Policía Nacional

***

            Clarito recuerdo como si fuese ayer, sentado en uno de los balcones de la tía Rosita Barrantes con mis piernas colgando entre balaustres con mi hermano Agucho shuturao al otro lado contagiado logró decir: ¡Viva Beaúnde!, atentos mirando el paso triunfal del gobernante. Entonces vimos acercarse al Presidente Constitucional Fernando Belaúnde, caminando al centro de gran comitiva por la calle Simón Bolívar, con clásico saludo mano en alto, risueño; había salido de casa del doctor ‘Lorito’ Ramírez, donde funcionaba su partido político, a su diestra iba el predilecto hijo sanmiguelino doctor Armando Cubas Montenegro, Prefecto de Cajamarca y gestor de su presencia, rumbo a plaza de armas de San Miguel, deteniéndose bajo balcones donde presenciaban los dueños de casa y suegros del prefecto, familiares y amistades, saludando a todos con elocuente venia y mano siempre expresiva extendida en alto. En retribución alcanzaron ramos de flores y lanzaron infinidad de pétalos de fraganciosas rosas frescas, incansables aplausos y sin fin de aclamaciones.


            La muchedumbre estalló de alegría cuando el Presidente, autoridades y comitiva ingresaron triunfantes a plaza de armas. Cohetes y bombardas, banda de músicos y multitud manifestaron total algarabía. Así se esperaba. Esfuerzos de muchos años coronaban con éxito altas cumbres del progreso y ambiciones de desarrollo de los sanmiguelinos, haciéndose justicia el sueño de nuestros antecesores e inolvidables y pertinaces líderes y gestores atados a un solo ideal de esperanza, justicia, éxito y bienestar:


-         ¡Viva la provincia de San Miguel!

-         ¡Viva el Presidente Belaúnde!
 


            Desde balcones de casa del señor Benjamín Villanueva, volaba propaganda del presidente Belaúnde cargado de su lampa. Los niños recogíamos por montones aquellos papeles publicitarios impresos en diferentes colores, aludiendo figura y rostro sonriente del mandatario y lemas de su partido político; inquietos luego preparamos tarros grandes de engrudo –con harina de pan, agua y gotas de limón- pegándolos a altura de nuestras manos e inocencias en paredes y de puerta en puerta, resultando empapelado San Miguel, perdurando amarillentos algunos por muchos años.


            La plaza de armas se vio aglomerada de paisanos de todos los confines a escuchar el mágico y elocuente discurso de confianza, vivar y agradecer al Presidente por todo lo que había hecho por nosotros, por nuestra provincia. Aplausos y dianas musicales continuaron imparables. El largo balcón de antigua municipalidad lució atiborrado de nuestros representantes, reluciendo sonrisas e inmensa felicidad. Terminando los aplaudidos, celebrados e inspirados discursos y multitudinarias ovaciones y ponderaciones; abandonando el local, adelante Fernando Belaúnde Terry a paso firme junto al señor Luis Malca Alvarado, Alcalde y Presidente de Comisión Pro Creación Provincia de San Miguel, seguidos de amplia multitud a casa del señor Telmo Quiroz Castañeda, donde fue agasajado, homenajeado y hospedado el mandatario, quedando maravillado de su gente, su porvenir, su paisaje:


-         “Yo veo en la Provincia de San Miguel, no sólo la posibilidad de tonificar su agricultura que ya es vigorosa y que está expresada aquí, por el reflejo dorado de los sombreros que defienden al hombre del sol brillante de los Andes. Creo, que hay otro tesoro escondido en San Miguel, cual es el turístico; cuando el Perú y el mundo descubran las bellezas que hay aquí y en los distritos, cuando sepan que hay una región florida, una región ancha, cercana a los puertos del litoral, han de volcarse hacia estos pueblos(…) Lo único que siento es no tener ahora, un sombrero puesto para quitármelo en agradecimiento a las palabras del Alcalde y a la actitud hospitalaria y generosa del pueblo de San Miguel ”.


            Cómo no haber quedado prendado y feliz el gobernante al conocer nuestro paraíso amado y bendito San Miguel, “Tierra de Pisadiablos”, si además la tía Rosita Barrantes  obsequió preciosa banda presidencial blanquiroja tejida a callua por ella misma en finos hilos de algodón, con escudo nacional diseñado y bordado artísticamente por delicadas manos e inteligencia de tía Angelita con brillantes hilos de oro puro, rematada tan valorada prenda en pomposas borlas bicolor.     

            Pareciera hoy mismo mirar atrás y ver la imagen del Presidente Belaúnde: alegre, asombrado, sereno, pensativo -desde terraza de casa de don Telmo- admirando monumentalidad de nuestro templo, paisaje enverdecido de calor y fervor fraternal, paz en cometas de añil edén, esperanzas latentes de radiante y novísima provincia predestinada al progreso; uniendo venas, latidos y fuerzas inconmensurables de todo corazón sanmiguelino agradecido, ennoblecido, dignificado:


-         ¡Viva la provincia de San Miguel!

-         ¡Viva el Presidente Belaúnde!

Presidente Fernando Belaúnde acompañado del señor Luis Malca Alvarado, Alcalde de San Miguel. 

***


            Para entonces, mi abuelo Fidencio Moncada ya descansaba en paz bajo tierra y seguramente su alma atormentada desde profundidad y fría fosa, continuaba renegando, desafiante:


-         “¡Si San Miguel es provincia…, Llapa será república!”, carajo.


pisadiablo100@hotmail.com

Setiembre, 2014.

Víctor Hugo Alvítez Moncada / “Pisadiablo”. San Miguel (Cajamarca), 23 de setiembre de 1957. Gestor Cultural por la Pontificia Universidad Católica del Perú. Empleado en Oficina Central de Extensión Universitaria y Proyección Social de Universidad Nacional del Santa (UNS) - Chimbote. Fue estudiante de Agronomía en Universidad Nacional de Cajamarca. Estudió primaria y secundaria en su tierra natal


Autor de los poemarios: Huesos musicales, Confesiones de un pelícano e inventario de palmeras, y Árbol era esa mujer. Fundador de las Revista de Cultura: Bellamar y Puerto de Oro.  Con ocasión de las Bodas de Oro del Colegio San Miguel compuso una marinera ejecutada actualmente por Bandas de Músicos “Perú, Armonía y Clase” – Trujillo y Armonía de Otuzco. Difunde páginas virtuales en blogspost y facebooks sobre San Miguel. Ha participado en encuentros culturales en Lima, Trujillo, Arequipa, Tacna, Tingo María, San Martin. Ancash.


Ha merecido medallas y reconocimiento de Municipalidad Provincial de San Miguel (2013 – 2014), Universidade Grendal Do Brasil (UniGrendal) en San Miguel, 2013; “Inca Atahualpa” máxima distinción del Gobierno Regional Cajamarca, 2011; “Kuntur Wasi” del Instituto Nacional Cultura - Cajamarca; en mérito a su contribución a la cultura regional y nacional; entre otros.


En preparación: SAN MIGUEL: Historia, Cultura y Sociedad. Tomo I: Cuentos y tradiciones de nuestra Provincia, Tomo II: Crónicas de Pis@diablo, etc.

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