Friday, May 29, 2015

POEMAS DEL ALMA: Un canto a la esperanza y la vida de Martín Gil Serrano / Víctor Hugo Alvítez



Víctor Hugo Alvítez Moncada / “Pisadiablo”


POEMAS DEL ALMA:
Un canto a la esperanza y la vida de Martín Gil Serrano

I

 
Poemas del alma, es el primer libro del poeta Willian Martín Napoleón Gil Serrano (San Miguel – Cajamarca, 1970), abogado, escritor, artista plástico, actor; publicado el año 2014 por Editorial Arcángel San Miguel, en 60 páginas aparecen veinte poemas, cuatro acuarelas y una litografía, distribuidos en tres partes: “Olas de resignación” (7 poemas), “Olas de amor” (9 poemas) y “Aprendiendo a vivir” (4 poemas); aperturando presentación por el autor y prólogo del Prof. Antonio Goicochea Cruzado. Poemas del alma es un libro y canto a la esperanza y la vida, pretendiendo develar ese camino incierto hasta devolver un mañana mejor; un libro basado en sus propias experiencias y en especial vivencias que el poeta no los guarda en su interior sino los exterioriza para que tal vez otros aquilaten lo que significa la vida a pesar de tantas contradicciones sociales, familiares, personales, etc.

Dice el autor que esta obra no es pura o perfecta y en realidad eso mismo dicen los críticos y especialistas: en literatura o arte jamás se alcanza la perfección; sin embargo, esta obra poética inaugura con buen presentimiento un vasto camino para extender y avanzar hacia mayores objetivos creativos, sin duda alguna, hasta hallar en la pureza de los versos el agua tranquila y transparente –en eterna oración y comunión con nuestras almas- como aquella que fluye de nuestros puquios a chorritos, a cántaros plenos de amor, armonía, ternura y amistad fecunda; alimentando permanentemente el espíritu de cada uno de nosotros que tenemos la virtud de haber nacido en aquel pueblo de puertas abiertas al cielo,

No hay nada que reclamarle a la vida, Martín, es mejor agradecerle como tú lo haces dejando transcurrir desde tus venas toda aquella gratitud guardada en cimientos de tu nobleza y tu ser.

Aquí, vislumbramos la humildad del autor, sus quejas, sus indagaciones, sus pensamientos, sus lamentos,  sus diálogos y búsqueda constante de su espíritu ante el Hacedor del universo; sus reflexiones y sabiduría porque a través de “Ellas, las letras, no morirán, poblarán el mundo de profundo entender…” como insinúa la primera parte de este libro “Olas de resignación”.

Aquí también se refleja oculto ese transitar del hombre hacia la nada, acaso el olvido de un amor que vale tanto: la existencia, en la primera acuarela “El pensativo” de ojos y rostros de diferentes expresiones, porque Martín no solamente cultiva la poesía tratando de indagar los misterios del mundo que a él lo abruma, sino, esas mismas inquietudes artísticas y filosóficas lo trasladan al campo de los colores, ilustraciones que acompañan y complementan su trabajo lírico prolífico.

La segunda parte “Olas de amor” continúa su afán en rebuscar en el amor sus misterios angelicales, el aroma a sierra, persistencia, confesión y convencimiento de su amor andino y ¿Quién sino ella?, al fin de hallar un corazón divino, floreciente de cariño y ternura. No es posible amar por amar. En este segundo canto, el poema “Amanecer” desnuda la aurora de sus sentimientos descubriéndola con ojos eróticos llenos de placer y felicidad, enmudecido de silencios, obsesionado, gratificado; toda una danza de vida como la acuarela que pone punto final a estos nueve poemas, como el citado:

AMANECER

¡Oh aurora!, divina hermosura,
lanza tu brisa, conquista el espacio,
despierta mi instinto sin decir palabra.

Tu cabellera, el dorado bosque de algas
que armónicamente pueblan
los fondos submarinos.

Tus pechos, los frutos más enteros del universo
que se maduran bajo tu inmensa caballera.

Tus ojos, dos uvas dulcemente vigilantes
que auscultan mi disparatada desnudez.

Tus nalgas, inmensas dunas de arena
que evitan se lleve el viento mis recuerdos.

Tus piernas elásticamente perfectas
son los pilares de mi sagrario.

En tus faldas, como un niño llora el atardecer,
y a tus pies el sol se apaga sin querer.

Alegre danza el amanecer
reflejado en el espejo del querer,
y el recuerdo amamanta de tus ubres
los momentos más alegres, divina mujer.

Me pierdo bajo tu cariño,
me confundo con delirio entre tus sentidos;
contigo tiernamente al amanecer quedo enmudecido.

“Aprendiendo a vivir” o tercera parte del libro, es una reflexión a la existencia, donde el poeta persigue indagando sobre sus pasos y destino en versos nerudianos y esperanzas meridianas, haciendo volver sus recuerdos entre La Succha - San Miguel y “los árboles cantuteños” y la naturaleza misma cómplices, testigos de aquellos lejanos amoríos estudiantiles.

Cierra así este corto periplo el autor preguntándose asimismo quién es y a dónde va, enrumba dónde florece el amor y la vida hasta encontrarlo con los brazos tendidos en nuestros siempre verdes praderas de esperanza o convertido en ráfagas de luz o relámpagos alcanzándoles directamente al corazón, al alma; sentimientos transmitidos en “Piedra grande” litografía muy sugerente a manera de meditación, más “Vitral” colorida acuarela interpretativa del cosmos y la existencia humana reflejada hacia el infinito sideral, simbolizada a través de imponente torre de iglesia matriz de San Miguel, vigilante, guardiana de destinos y horizontes, seguramente  de los hijos de esta noble tierra que salieron a forjar ulteriores mañanas sin desconocer sus ancestros, sus orígenes, su procedencia, su vuelo.

Nuestro poeta, anuncia su prolífica colección poética “MAGISER” en contratapa del libro, aparte del presente: Poemas del alma, integran: De la vida para el mundo (en prensa), Aroma de vida y paz, Anhelo de vida, y Caminos de armonía. No nos queda sino agradecer al autor de este bello poemario, desear siga hurgando en profundidades del pensamiento humano obsequiándonos su cosmos en surcos colmados de versos y acuarelas encendidas de imaginación y exaltación, inspirados  del rescoldo y la reminiscencia de su Mamá Cruz, enseñanzas de su Margarita, los lienzos a sapolín de su tío “Cochecito” Aladino, o el retumbar del bombo de Napoleón Becerra “Napito” anunciando su advenimiento para eternizarlos por siempre junto al amor de Charito y retoñal primaveral.

 

II

Con esta obra de Martín Gil Serrano, la literatura sanmiguelina continúa de plácemes, si hace un siglo aproximadamente el Maestro Octavio Lingan Celis despejó el camino de abrojos legándonos sus creaciones y enseñanzas, luego llegaría Demetrio Quiroz Malca para embelesar e iluminar el mundo con su lírica resonante, pura y admirada, no han cejado el mismo derrotero otros inspiradores personajes como Demetrio Cruzado Becerra, Javier Becerra Ramírez; Elden Rojas Mestanza “Pajarito”, Juan Mendoza Rojas del Perú en dramaturgia; o como en la actualidad: Carmen Lilí Larrea Díaz, Antonio Goicochea Cruzado, Walter Lingán, Daniel Cubas Romero, Melacio Castro Mendoza; José Alejandro Cubas Urbina, Octavio Quiroz Rivasplata, Tito Pérez Quiroz, Jorge César Medina Díaz; y los más recientes: Elmer Alfonso Rodas Cubas, Jaime Ballena Yeckle, Alfonsina Becerra Alvarado, Martín Gil Serrano, Emeldo Rafael Sánchez Quiroz y Kiara Alvítez Linares, entre otros que lanzarán sus creaciones literarias al viento porque conocemos de varios autores inéditos. Las esperanzas están sembradas desde nuestros distritos sanmiguelinos y sus lindes con las altas voces de maestros y escritores de Llapa: Alberto Becerra Solís, Leoncio Cieza Becerra y los vigentes: César Armando Romero Tejada, Jorge Victoriano Aliaga Terrones y Sol Becerra; San Silvestre de Cochán: Ciro Mendoza Barrantes y Camilo Terrones Cotrina;  Unión Agua Blanca: Juan Flores Hernández; El Prado: Walter Malca Rodas; de Niepos, Nanchoc, San Gregorio, Calquis, La Florida, Tongod, Bolívar y Catilluc, aguadamos lleven a sus páginas espigas doradas cual campos fértiles sus tradiciones orales y creativas, convirtiendo en jardín literario nuestra provincia San Miguel.

Los últimos Encuentros de Escritores y Artistas realizados en San Miguel, son suficientes alicientes para la creatividad literaria y el arte, aparte de reconocer a nuestros preclaros hijos de la tierra que nos vio nacer como Demetrio Quiroz Malca, Miguel Nicolás Sarabia Quiroz, José Santos Malca Ramírez y el tercero que celebraremos en julio próximo con los nombre de: Octavio Lingán Celis y César Arando Romero Tejada, entre otras personalidades ilustres presentes o acontecimientos importantes como los 90 años de fecunda existencia de nuestro himno “Jarro Verde” creado en 1925 por el Maestro Nicolás Sarabia y gracias al respaldo de la Municipalidad Provincial San Miguel, Gobierno Regional Cajamarca, Universidad Alas Peruanas, UGEL San Miguel, Club Provincial San Miguel y Asociación Progresista Santa Rosa, en Lima; Asociación Familia Sana y varios paisanos nuestros que progresivamente van sumando con su convencimiento y comprensión que la cultura es el primer factor de desarrollo, instamos a continuar juntos hasta alcanzar la grandeza de nuestro San Miguel. Hecho que transmito la invitación a todos ustedes por encargo de la Asociación Provincial de Escritores de San Miguel (APESAM).

Acontecimientos culturales que van fortificando nuestra identidad sanmiguelina, con importantes resultados como aparición de varios libros, nuevos escritores, artistas y esperanzas; edición completa de nuestro Poeta mayor Demetrio Quiroz Malca, del que “No se apagará mi voz” –como advierte la Dra. Inés Saravia- ante la desidia de una irresponsable imprenta que a la fecha se resiste entregar la edición completa pese habérsele cancelado íntegramente la Municipalidad de San Miguel; o los estudios que emprenderá la Universidad Nacional del Santa – Chimbote, en laguna Santa Rosa; entre otros logros para nuestra tierra. Por ello permítanme recitar del último libro: Del mundo en que vivimos, de Demetrio Quiroz Malca que acerca la infancia y recuerdos creativos del artista Martín Gil Serrano y a todos los sanmiguelinos aquí presentes, esta noche de fiesta cultural donde nuestra cultura se alza desde el más alto podio de la Casa de la Literatura Peruana:

8

Y lo hago, no sin antes
echar una mirada a mi lejana infancia
cuando era yo

-me imagino por el color
de mi sueño-

el hermoso girasol que besaba
con pasión el viento
y alimentaba de inefables alas
el rocío.

Cuánta luz debí beber
de sus castas fuentes, allá en mi pueblo
donde mi madre se vestía
de rubias mañanitas para tejer

-con el candor de su inocencia
y adorable sencillez-

el mantel largo para la Fiesta Grande
o para el Pan del Pobre.

Cuánta luz debió colmar el Cielo
y las alegres farolas del amado mundo
que tengo en mi corazón:

San Miguel de Pallaques, donde
aprendí a escribir amor en la Cantora…

al tiempo que el destino empezaba
a arrancar, uno a uno, los pétalos
del entonces girasol que fui.

Cuánta luz, evidentemente debió
encandilar los despreocupados
y hasta inconscientes días de mi infancia,

en donde sí fulguran, perdurables
y grandiosos:
Mi Madre
Mi Pueblo
Mi Primer Amor:

“Dejo el mundo
paso a paso”

¡Gracias, muchas gracias!

Desde el mar azul de Chimbote,
29 de mayo 2015
pisadiablo100@hotmail.com

SAN MIGUEL, antigua calle Dos de Mayo. Acuarela de Martín Gil Serrano.

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