Crónicas de Pis@diablo LIBROS PARA SAN MIGUEL
ESTUDIANTES SANMIGUELINAS OBTUVIERON SENDAS MENCIONES
HONROSAS EN CONCURSO INTER REGIONAL DE CUENTOS
“ACHKIY” (LUZ)
Víctor
Hugo Alvítez Moncada
I
Las entonces
estudiantes sanmiguelinas Katia Melissa Cubas Chávarry y Melissa V. Pérez De la
Cruz, de la hoy Institución Educativa Pública “San Miguel”, antes Colegio
Nacional Mixto “San Miguel” obtuvieron sendas menciones honrosas en I Concurso
Escolar de Cuentos ACHKIY (Luz), organizado por empresa de energía eléctrica
Hidrandina a nivel inter regional: Ancash, La Libertad y Cajamarca, realizado
el año 2008, en cuyo libro antológico publicado en julio del 2009; aparecen
trabajos ganadores de estudiantes de estas tres regiones del norte del país que
hoy tratamos de comentar y difundir al recibir un ejemplar de manos del siempre
dilecto amigo y eximio guitarrista profesor Hugo Pérez Quiroz, padre de una de
las inquietas educandas.
Prof. Humberto Quiroz Quiroz, director de I.E. "San Miguel", acampaña -como tiene que ser- a sus discipulas: y creditos literarios Melissa V. Pérez De la
Cruz y Katia Melissa Cubas Chávarry, en ceremonia de premiacion.
No
podemos dejar pasar por alto esta importante noticia que orgullece al querido
terruño de San Miguel siempre pródigo en artistas y escritores, semillas
perdurables henchidas de ejemplo a nuevas generaciones, germinando nobles
esperanzas en fraganciosas ramas de nuestros infinitos eucaliptos, meciéndonos
en perseverante paz aguardando huellas indelebles y caminos trajinados por
maestros y escritores que legaron sensibilidad y existir a nuevas almas como
los reconocidos paradigmas del saber sanmiguelino: Nicolás Saravia Quiroz,
Octavio Lingán Célis, Demetrio Quiroz Malca e ingente cantera de Pisadiablos
que continúan vertiendo su sangre al torrente sanguíneo del ser y conocimiento;
mereciendo admiración y gratitud.
Por
la región Cajamarca, los ganadores del primer al cuarto puesto del concurso
fueron: Emmanuel Puch, María Moreto, Luis Miguel Escurra y Yeri Reyes, con los
siguientes cuentos: “El dios de la luz”, “El juego del ‘Colorado”, “Recuerdos
de mi abuelito” y “Crónica de un encuentro de amor”; correspondientes a instituciones educativas: Alexander von
Humboldt de Cajamarca, Santa Rafaela María de Chota, San Joaquín y Santa Ana de
Cutervo y San Martín de Tours de Jaén y, en menciones honrosas: Adriana Chávez
del San Agustín de Cajamarca, Katia Cubas de San Miguel, María Romero del Ramón
Castilla de Cajamarca, Tatiana Córdova de Nuestra Señora del Rosario de
Cajabamba y Melissa Pérez de San Miguel, respectivamente.
Alentador
porvenir que deberíamos insistir desde venas estudiantiles en todas y cada una
de nuestras instituciones y niveles educativos mediante concursos internos de
ciencias, letras, artes, deportes, etc. convocados por empresas, UGEL San
Miguel, municipalidades provincial y distritales, institutos superiores, para
sumar inquietudes y continuar con eventos similares a nivel regional, nacional
y hasta internacional como aquel obtenido en 1977 por José Carlos Padilla
Castro, alumno del cuarto año de nuestro colegio, con el cuento “La minshula” en concurso organizado por
Convenio Andrés Bello, con sede en Bogotá, Colombia.
En Achkiy, asumen los organizadores la responsabilidad
social que tienen para contribuir al desarrollo del país, siendo una de sus
metas elevar el nivel de comprensión lectora, éste tan venido a menos los
últimos años, en cerca de cinco mil estudiantes que en forma directa o
indirecta participaron en talleres con apoyo de maestros y padres de familia:
“… nos propusimos motivar y aportar en la creación literaria con algunas
nociones de construcción y manejo literario, lo que implicaba una mejor lectura
y comprensión de textos. Para ello, recurrimos a notables escritores de
reconocida trayectoria, quienes se desplazaron por las diferentes Instituciones
Educativas y en concurridos seminarios capacitaron y motivaron a los
estudiantes, aportando los conocimientos de su amplia experiencia”, según
palabras de presentación del Dr. Genaro Vélez Castro e Ing. Elba Rojas Álvarez,
presidente del directorio y gerente general, respectivamente de empresa
Hidrandina S.A. Distriluz.
Entre
tanto, nuestro reconocido amigo escritor e ingeniero Bethoven Medina Sánchez de
vetas literarias y agronómicas de la Universidad Nacional de Cajamarca; autor
de Necesario silencio para que las hojas
conversen, El arriero y la montaña bajo el alba, o Ulises y Takaynamo en ultramar, entre otras exitosas publicaciones;
presidente del jurado calificador para la región cajamarquina junto a nuestros
escritores paisanos: Jaime Abanto y William Guillén Padilla; en aliciente
prólogo: “Hágase la luz, por siempre”, apunta: “… En nuestro país, en donde no
existe una política cultural definida, es aún más complicado hablar de creación
literaria juvenil, categoría cultural-social sobre la cual no existen proyectos
ni desarrollos conceptuales(…) Debemos tener en cuenta que, los jóvenes en los
países en desarrollo conforman el segmento de mayor crecimiento de la población
mundial. Por lo tanto, los jóvenes de Perú, no sólo son el futuro, sino también
el presente(…) Por ello la juventud debe tener conciencia crítica, identidad
nacional y participación en el desarrollo socioeconómico”.
II
Los
cuentos “La muerte de un ángel” y “El pecado de una inocente”, de nuestras
nóveles escritoras Katia Melissa Cubas Chávarry y Melissa V. Pérez De la Cruz,
ambos están rodeados de fatalidad y crueldad, rescatando mucha esperanza o
valores que nos harán reflexionar siempre y en especial a los jóvenes cuando se
trata de valorar la vida; el paisaje y ambiente donde se desarrollan los hechos
es el nuestro, enmarcado de su propia identidad, costumbres y hasta palabras
muy propias o habla popular como por ejemplo ‘alalay’ de raigambre quechua.
En
el primer caso, es la historia de un hombre humilde, pleno de valores; hijo de
padre agricultor, solidario, respetado y, madre abnegada que gustaba del tejido
como todas las sanmiguelilnas, dulce, amable y tierna. Hasta que el joven de 18
años despreciando estudios de ingeniero minero que deseaba su padre, se enamora
perdidamente de Rosita bella mujer campesina como él, decidiendo ‘robarla’ un
día a las dos de la mañana, ella al hombro su alforja presta a subir al caballo
–cual añeja costumbre de nuestro pueblo de robar muchachas- y al estilo
bandolero adueñarse de bellas hijas de resplandeciente naturaleza, hasta llegar
a su casa y hacerla de su familia; pedirla a sus padres en matrimonio y
disculparse del ‘robo’ para luego alcanzar la felicidad, ver la llegada del
primer vástago ante apuros de no encontrar partera tras su búsqueda y
desesperación, asumir la responsabilidad con entereza y amor: ‘… Cogí la hoz
que estaba colgada en la pared, agarré la tripa como manojo de trigo y lo
corté…’. Miguelito, así lo llamó por
nacer el 28 de setiembre a aquel robusto, cariñoso y engreído niño, criado con
leche de ovejas, ollucos, quesillo con miel, mote, caldo verde, quien fue
creciendo; corriendo a la escuela y aprendiendo a trabajar la chacra. Hasta que
el padre enloqueció al conocer el amor de otra mujer, Elvira, generando
discusiones y golpes a su otrora querida Rosita, ante defensa de su hijo
Miguelito quien acompañado de su perro Príncipe esperaba defender a su madre.
Envenenado y enceguecido por el licor y falso amor de esa mujer, un día, sacó
su machete y enfurecido arremetió contra su hijo creyendo que era Elvira, le
partió la cabeza y luego lo enterró; ante su ausencia, la madre y el perro
desesperados buscaban al amado hijo y amo, encontrándolo el animal con su
olfato y tras cavar con sus manos la
reciente fosa donde yacían los restos de Miguelito, dando parte a las
autoridades siendo el padre malhechor puesto tras las rejas.
Así
termina este cuento, a veces de la vida real y fantástico a la vez con profunda
tristeza, ejemplo para los jóvenes de
hoy.
En
“El pecado de una inocente”, Melissa V. Pérez De la Cruz, nos cuenta que
Margarita ve morir a su madre luego de estar sufriendo de dolor, incluso le
pide ir al pueblo en busca de un cura, desafiando caminos, la noche, la lluvia,
el peligro: “Cuando casi llegaba a mi destino, la neblina empezaba a alejarse
de los techos del pueblo como se marcha el alma después de la muerte(…) ¡Mi
mamita está muriendo!, ¡quiere verlo!(…). No me dejes, no, no mamita, -le
dije-, acarició mi rostro y sonriendo me dijo, no llores mi Margarita, no
llores. Nunca me olvides, esas fueron sus últimas palabras (…). Manchas
maullaba presagiando el final y sin poder contener el llanto no sabía qué hacer.
Puso su mano nuevamente en mi rostro y de pronto cayó como una mariposa que
cumple su ciclo de vida. Mi madre agonizaba y lentamente cerraba sus ojos como
los luceros que se apagan en la eterna e inmensa oscuridad…” continuando la
desgracia para esta niña cuando su padre al poco tiempo conoce otra mujer,
haciéndole la vida imposible al padre viudo e hija huérfana alimentada de odio
y rencor, enfurecida la niña coge un cuchillo y apuñala a la mala mujer,
culpándose el padre del cruel asesinato. En este relato también la autora de
paso alude la procesión del Arcángel San Miguel: “Recuerdo cuando mi amá me
llevó a pasear al parque del pueblo, era la Fiesta Patronal y mientras ella se
detenía a descansar, subí en una banca para observar al Santo Patrón, llevado
en un anda. Le pregunté ¿Quién es?, es un ángel que bajó del cielo, en su mano
izquierda lleva la balanza de la justicia, es para pesar los premios y castigos
de cada persona, en la mano derecha lleva una espada para atacar y matar al
diablo que lo tiene bajo sus pies por haber sembrado la envidia, el odio, el
maltrato, en rencor en las personas, y las dos alas le sirven para volar al
cielo –me respondió-…”
Nos
queda la miel en los labios de saber que la juventud sanmiguelina esforzada e
independientemente puede alcanzar logros tan significativos para nuestras
instituciones educativas y nuestro pueblo; sin embargo, serán las autoridades,
padres de familia y sociedad en su conjunto quienes definan, orienten, apoyen y
respalden todas estas inquietudes del alma soñando un mañana mejor, nuevos
seres colmados de sensibilidad, generosidad y amor por lo suyo. Entre tanto,
creemos que San Miguel, continúa encausando sus sentimientos por verdaderos
caminos hacia la grandeza y porvenir, apostemos por él. Gracias Katia Melissa y
Melissa Victoria por despertarnos y volvernos a la vida después de largo
letargo y atiborrado aturdimiento del que estábamos anegados, asfixiándonos. Un
cuento, un poema, una canción para volver a ser niños. Siempre las obras del
intelecto serán más hermosas, grandes y mejores que las tan acostumbradas, rimbombantes,
frías y obstinadas de fierro y cemento.
Julio, 2 013
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